Me senté en un bar a charlar conmigo mismo.
-Y contame... ¿Qué sos?- me pregunté-.
Tímido, bebí un sorbo de café, me miré a los ojos, y me dispuse a contestar.
-Bueno...-comencé-. Soy un poco de todo. Soy un poco cineasta, soy un poco escritor.
-No, no oficios... Personalidad...
-Bueno... Soy un poco paciente, y a veces un poco ansioso...
-No, pero no es lo que quiero saber... Respecto a lo social...
-Bueno, soy un poco tolerante, también puedo ser un poco individualista...
-No. No. Más bien, en el amor.
-Bueno, en el amor, creo ser un poco necio, pero también un poco abnegado.
-Espera un momento... - me interrumpí frustrado-. Eres un poco, un poco, un poco... ¿Un poco de qué? ¿Hay algo que seas por completo?
Observé la mesa, y luego volteé a espectar a traves del vidrio, lo que afuera aguardaba sin ser punto de llegada.
-Sí.- me contesté-. Nada. No soy nada por completo. Eso es lo que soy.
Un extraño viento sopló en el lugar.
-Completamente nada.
Etiquetas: Relatos
# Posteado por Morton 2:59 a. m.