10 julio, 2006

 

Otras cosas que hacer



Y se le murió. Otra vez enojado, cabrón. Él lo cuida, lo alimenta... Bueno, cuando lo recuerda. El otro día Mindy (un apodo de la chica, ya que se parece a la del dibujito) lo invitó a estudiar Historia a la casa y bueno, Juanjo agarró viaje. Y entre Stalin y Churchill, pintaron los besos, un par de caricias, y el tamagotchi bien gracias. ¡Pero al día siguiente sí se acordó!

Ah, sí, pero al rato vino Fede que quería jugar un fulbito en la plaza con los pibes... Y se hizo largo el partido.Y esa noche se fue directo a dormir...
Ah, pero antes de acostarse, al menos lo bañó.

Hum, ah no, cierto, primero se bañó él, y despues mientras buscaba una remera en el cajón, desde la cama, donde estaba acostado, terminó por dormirse y Spark cayó al suelo.

Sí, lo bautizó Spark. Porque lo quiere, y lo cuida. Juanjo es responsable y lo alimenta... ¿No?

Ah, no... Cierto que el día siguiente a ese... Se fue de excursión con la escuela. ¡Qué buena feria de ciencias! A él le gustaban esas cosas. ¡Y a Mindy también!
¿Qué copado eso, no? Lo de los gustos, re loco. ¿Che, y Spark? ¡Se lo olvidó en casa!
Bueno, pero al menos cuando llegó... Y vio que estaba hambriento, sucio y enfermo... ¿Algo hizo, no?

Sí. Se durmió.

Bueno, pero me imaginó que, al otro día, temprano a la mañana, reparó sus errores.
Hum... no, no, eso está complicado porque Spark se muere al principio de este texto.
¿Uh? ¿Y ahora?

Ahora está deprimido... Lamenta muchisimo, profundo en el alma no haber podido cumplir su responsabilidad de cuidar del pobre de Spark.
Llora, mientras da vuelta el artefacto y mira con ansias el botón de RESET.

En fin...

-Ay, otra vez... ¿Qué habrá pasado?- se pregunta en voz alta Eddie-.

Su madre cesa el acto de untar dulce de ciruela en la tostada y lo observa.

-¿De qué hablás?- pregunta-.

El chico sostiene en sus manos su mascota virtual.

-Que otra vez mi tamagotchi está triste- contesta sin observarla, con su mirada fija en aquel pequeño objeto-.

Ella observa a su esposo, confundida.

-¿El Tama... qué?
-El tamagotchi...- contesta el hombre-. Juanjo. La mascotita.

La mujer hace un gesto que denota su arrepentimiento por tan mala memoria y desatención hacia su hijo.

-Ah...Eh... sí...- busca que decirle al chico-. Y... ¿No se le puede jugar a la cosa esa? ¿No lo alegra?

Se queda esperando una respuesta afirmativa, que en ese momento equivaldría a un gol de media cancha.

-- contesta Eddie, antes de beber el último sorbo de su chocolatada-. Pero después... Ahora tengo que ir a jugar al futbol con Darío...

Eddie apoya a Juanjo sobre la mesa, y se va a la pieza a calzarse los botines.

Etiquetas:


# Posteado por Morton 1:15 a. m.  
0 comentarios

03 julio, 2006

 

Nocturna




Jamás imaginé aquel ensueño, tantas damas bellas rodeándome con su mirar. Yo tendido en la tierra, observándolas, ellas besándome las mejillas...

Susurrando palabras de amor al oído... Haciéndome sentir vivo, deseado, espíritu, dios. Tentación. Esperanza. Un cuándo. Un por qué.

Danzan celosas, tomadas de la mano pero sin disimular su distancia. Dan vueltas sobre mí, yo en su centro, y me creo víctima de alguna suerte de rito.

Quizás nunca debí visitar este monte. Quizás lo mejor hubiese sido escuchar a mi padre.

Si las ves, continua. No te quedes a contemplarlas. Ellas se percatarán de tu presencia y ya no te dejarán en paz. Entorpecerán tu viaje, querrán rendir sus cultos al compás de tus actos humanos, querrán ser terrenales haciéndote sentir etéreo.

Él estaba en lo cierto, pero lo ignoré. Apenas llegué a la cima de la colina... No pude quitar la vista de su ser. De cada uno de esos cuerpos esculturales. De sus precisas formas, suerte de ángeles de luz. Profusión de trinidad.

Cantaron para mí toda la noche, una suave canción de cuna. Y lentamente fui dejando paso al sueño, allí en el monte acostado sobre la grama (¿Era yo o él?)

Sumergido en un sueño profundo, tuve la lucidez de vislumbrar que todas ellas, una por una, me poseían dormido. Y aquello no cesó hasta que finalmente, el sol comenzó a reclamar su espacio, lo que pareció espantarlas. Aún así se fueron con la mayor suspicacia.

Desperté hoy, relajado como nunca antes, capaz de llevarme el mundo con las manos. Solo que si hubiese caminado toda la noche, mi persona se encontraría ya en el pueblo, y con ella, la medicina.

Perdón, padre. Sé que no esperabas esto de mí. Y por eso te pido perdón, ahora y para siempre. Ahora y para siempre.

Porque permití que mi voluntad flaquease ante la reunión de los astros.

Por que resté tu única posibilidad de vida restante.

Y me dejé dominar por un puñado de estrellas.

Etiquetas:


# Posteado por Morton 1:29 a. m.  
1 comentarios