LA VIDA ES MIENTRAS TANTO...
La perla
-Mírame, dime que ves.- dijiste. Había pasado un autobús, así que no entendí. -Dije que me mirarás y me dijeras que ves.- dijiste. Esta vez si había agudizado bien mi oído. Vacilé un poco. Miré para dentro, pensando en luego que decir. Sin respuesta alguna, dejé entonces de pensar y dije lo que sentía. –Veo una niña como una perla.- dije –Veo una perla de niña.- dije. -¿Cómo?- Preguntaste, queriendo rectificar y yo rectifiqué. –Veo una niña como una perla.- dije –Veo una perla de niña.- dije. Sonreíste. Yo miré al suelo. Vacilé un poco. Luego te miré de nuevo. –Dije que te amaba.- dije. -¿Qué mas quieres oír?- Pregunté. Ya había dicho todo lo que quería decir. Entonces lo último que dije fue por desesperación. Mi corazón se iba a salir y tú no dabas respuesta. Solo me mirabas. Solo sostenías mis manos con mis dedos entre los tuyos. Entonces dejaron de pasar carros y el cielo se abrió; dejó de llover. Todo estaba en silencio. Doy gracias, pues no quería no oír o equivocar lo que predecías a decir. Tus ojos brillaban. Mientras, esos segundos eternos trascurrían. Y, me besaste. Un largo y profundo beso. Después nos volvimos a quedar observándonos, como en el principio. Pasó mucho tiempo según mi instinto. Y mirando más profundo que nunca te adentraste en mí mirar. –Dije ‘te amo’- dijiste.
Etiquetas: Relatos